LOS MAESTROS Y LA VIDA ESCOLAR

LOS MAESTROS

 Para dirigirse al magisterio se utilizaban una terminología elevada. Se afirmaba que la educación primaria dependía de la “felicidad o ruina de la República”. “un magisterio tan sagrado” era “nobilísimo” e imprescindible para la sociedad: “vosotros sois legisladores, los jueces y gobernantes del inmenso y precioso pueblo de los niños”. Espinosa de los Monteros: “el que habla quisiera sentar a cada uno en la escuela para dirigir tanto niño y otra cosa muy distinta sentiría”. Los maestros se quejaban de la falta de un ingreso adecuado, de falta de reconocimiento por parte del Estado y falta de respeto de parte de los niños y de sus padres.  No todos los pagos eran puntuales. “ordinariamente pagan con repugnancia la escuela” y “tienen al maestro en la expectativa de que se trasladen a otra escuela sin pagarle como regularmente acontece.  Las dificultades en el pago de la renta, del alimento de sus familias y el cuidado de su salud eran parte de la vida diaria de la mayoría de los preceptores.  “la mayor droga que se le hace al diablo es meterse de Maestro de Escuela”.

LA VIDA ESCOLAR

La mayoría de los alumnos era de familia de escasos recursos.  Seguramente algunos de los niños ricos recibían educación en su propia casa con tutores particulares. Las escuelas particulares eran la escuela de Belén, del Hospicio y de las escuelas de la compañía Lancasteriana. Dos terceras partes de los alumnos de las escuelas primarias en la capital estaban inscritas en escuelas gratuitas.

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